Llaryora recibió los atributos de mando de parte de Schiaretti en San Francisco

Fue en el Superdomo de la ciudad natal del flamante gobernador de Córdoba. El mandatario saliente le dio a su sucesor la banda y el bastón. Juraron varios ministros y, este lunes, harán lo mismo los restantes en Río Cuarto.

 

El flamante gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, recibió este domingo a la noche la banda y el bastón de mando de manos del exmandatario, Juan Schiaretti, en un acto que se desarrolló en San Francisco.

La ceremonia tuvo lugar en el Superdomo de la ciudad natal de Llaryora, de la que fuera concejal y dos veces intendente.

También juraron varios de los ministros del gabinete del flamante gobernador de la provincia. El resto, hará lo propio este lunes en Río Cuarto.

Los integrantes del gabinete provincial que entraron en funciones este domingo en San Francisco son el fiscal de Estado, Jorge Córdoba; la ministra de Desarrollo Humano, Liliana Montero; el ministro de Economía y Gestión Pública, Guillermo Acosta; el ministro de Educación, Horacio Ferreyra; el ministro de Gobierno, Manuel Calvo; el ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica, Pedro Dellarossa; el ministro de Justicia y Trabajo, Julián López; el ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros; y el ministro de Vinculación Comunitaria, Daniel Pastore.

En tanto, los que jurarán este lunes en la capital alterna de la provincia serán la ministra de Ambiente y Economía Circular, Victoria Flores; el ministro de Bio Agroindustria, Sergio Busso; el ministro de Cooperativas y Mutuales, Martín Gill; la ministra de Desarrollo Social y Promoción del Empleo, Laura Jure; el ministro de Infraestructura y Servicios, Fabian López; y el ministro de Salud, Ricardo Pieckenstainer.

El discurso de Llaryora

En el comienzo de su alocución durante la ceremonia de traspaso de mando en San Francisco, Llaryorá agradeció a Schiaretti: “Quiero que todos lo sepan: desde siempre, cuando muy pocos confiaban en mí, Juan siempre estuvo ahí”.

También agradeció a la senadora nacional y esposa del mandatario saliente, Alejandra Vigo: “Cuando hacíamos las mateadas y muy pocos creían que San Francisco podía salir también del abandono, vos viniste acá y empezaste a trabajar con nosotros. Cómo fue el destino que, después, fuiste también una de las impulsoras más fuertes para que sea intendente de Córdoba y también pudiera cambiar esa realidad”.

Luego, el flamante gobernador volvió sobre Schiaretti para recordar: “Cuando me atendió en la Legislatura, me dio un par de consejos. Confío en mí. En ese momento, era muy, pero muy joven”.

“San Francisco era una de las ciudades más endeudadas de la Argentina. Y Juan me dijo: ‘Martín, metele para adelante; no te hagas problema’. De ahí, yo acuñé una frase: ‘No te daré una mano, sino que te voy a dar dos, para que San Francisco pueda salir adelante’”, añadió.

“No hay una obra en San Francisco, de las importantes y de las no importantes, en la cual Juan no haya colaborado para el crecimiento de nuestra querida ciudad. No lo hizo sólo conmigo; lo hizo también con Ignacio (García Aresca) y lo hizo también con Damián (Benarte), pero no lo hizo para ayudarnos a nosotros solamente, sino que lo hizo porque yo sé que él quiere a todos los cordobeses”, abundó.

“San Francisco no se va a olvidar nunca de tu gestión, porque es un símbolo del progreso para nuestra ciudad. Aparte, nos diste una mano en el peor momento, cuando nadie, absolutamente nadie, nos ayudaba”, añadió.

Luego de acompañar a Schiaretti y a Vigo para despedirlos, Llaryora volvió al escenario y habló nuevamente, esta vez para recordar sus orígenes y agradecer a la comunidad de San Francisco.

“Quería compartir este momento con mi casa grande, que es San Francisco, que me enseñó a ser buen tipo y, para ser buena persona, uno tiene que ser primero agradecido”, destacó.

Al momento de hacer nombres, citó a la directora de su escuela y a su padre, Luis Llaryora, además de pedir disculpas a su familia y su gente por el tiempo que les restó.

Finalmente, volvió a desear éxito al presidente Javier Milei, a quien reclamó que no frene la obra pública, tal como había hecho más temprano en Buenos Aires, cuando fue a la asunción del libertario.

“Los pueblos del interior del interior necesitan de las cooperativas, de las mutuales y del Estado presente, porque, sin obras, no hay progreso”, afirmó.

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