Otro policía, otra masacre en un hogar

Sucedió cerca de La Calera: el cabo ultimó a tiros a su novia, policía, y a la madre de esta. Luego, se quitó la vida con el arma. Dos nenes presenciaron todo. El policía ya tenía denuncias. Días atrás, hubo un drama similar.

Otra vez, en un nuevo y trágico episodio de violencia de género en Córdoba, un efectivo de la Policía de Córdoba tomó su arma reglamentaria y cometió una locura homicida. En medio de una discusión de pareja, ultimó a balazos a su novia, también agente de policía, y posteriormente ejecutó a tiros a la madre de esta.

Finalmente, se quitó la vida con la misma pistola reglamentaria Bersa Thunder Pro.

Esta es la reconstrucción judicial que se lleva adelante en torno al drama familiar sucedido en la madrugada de ayer en una casa ubicada sobre la ruta E-55, en la zona conocida como El Diquecito, a pocos kilómetros de la ciudad de La Calera, en las Sierras Chicas.

Fuentes judiciales indicaron a La Voz que el policía ya tenía al menos una denuncia por violencia familiar, aunque no habría sido efectuada por su joven novia.

El drama de El Diquecito sucedió siete días después de otra tragedia familiar ocurrida en un hogar y por la que un policía se encuentra detenido por femicidio. Aquel cabo está acusado de haber ejecutado a su pareja, de un balazo por la espalda, en una vivienda del barrio Chateau, en la Capital.

Balazos a la madrugada

Era poco más de la 1 de ayer cuando Carlos Pérez saltó de la cama, sobresaltado, por los disparos que se escuchaban en la casa.

Sin terminar de entender lo que sucedía, abrió la puerta de su dormitorio y se asomó al pasillo.

Fue entonces que vio de qué manera su sobrina, Magalí Ariana Pérez (20) era asesinada a balazos por su novio, el cabo de policía Carlos Eduardo Monje (35).

El último balazo, según diría luego, se lo dio en la cabeza.

En medio del estupor y del descontrol, el uniformado apuntó acto seguido a la madre de la chica, Nancy Beatriz Pérez (54), quien trataba de impedirlo todo.

Nancy terminó también muerta de al menos un balazo en el tórax.

Fuera de sí, el cabo Monje apuntó con la pistola reglamentaria contra el tío de la chica (Carlos Pérez), quien asustado atinó a cerrar la puerta y esconderse dentro de su dormitorio.

Fue entonces que Pérez escuchó un último disparo de arma.

Luego de unos segundos, y tras percibir silencio, atinó a abrir la puerta: fue entonces que vio al policía, autor de la masacre, con un disparo en la cabeza. A su lado, había quedado el arma.

A pocos metros se encontraría el arma de la joven policía.

En la casa estaban también una nena de 4 años y un varón de 9, quienes vieron todo. Desesperado, Pérez tomó a los chicos, los llevó a la casa de un vecino y llamó finalmente a la Policía.

Cuando el primer patrullero de La Calera llegó a la vivienda ubicada sobre la ruta E-55, en el kilómetro 13 y medio, cerca de la usina, ya no había mucho por hacer.

A los pocos minutos, la zona se llenó de policías y hubo que esperar que arribara Policía Judicial.

“Hacía poco que los dos policías estaban juntos…”, comentó una fuente judicial de la causa.

El policía tenía domicilio en el barrio Villa El Libertador y trabajaba en la Comisaría 39, que funciona en Argüello de Córdoba Capital.

En esa misma dependencia trabajaba la joven uniformada.

Magalí se había recibido de agente de policía hacía poco más de un mes y había comenzado a trabajar en la Policía Barrial.

Doble crimen y suicidio, la hipótesis central. “La hipótesis principal, por ahora, es que el policía mató a ambas mujeres y se suicidó”, expresó una fuente de la fiscalía de Ernesto de Aragón, a cargo momentáneamente del caso. Desde esa sede, se indicó que el policía Carlos Monje tenía “una denuncia por violencia familiar” previa. Hoy, el caso pasará a manos de la fiscal Betina Croppi, del fuero de violencia familiar.

fuente la voz http://www.lavoz.com.ar/sucesos/otro-policia-otra-masacre-en-un-hogar

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