En la secundaria. No se podrá pedir la reincorporación después de haber completado las 25 inasistencias.

 

En Córdoba no habrá más posibilidades de pedir medidas de excepción (la reincorporación) para ampliar el tope de las 25 inasistencias permitidas por año. Aquel alumno que se exceda deberá rendir todas las asignaturas en coloquio y pasará a la categoría de Estudiante con Trayectoria Escolar Asistida. Ya no quedará como “alumno libre”.

Este es uno de los ejes de la reforma que comenzará a implementarse en Córdoba, de manera parcial en 2018 y a todo el sistema en 2019, a tono con los cambios que sugiere el Ministerio de Educación de la Nación en su plan Secundaria 2030.

Las faltas de los estudiantes secundarios hace tiempo que son un problema en el país. En Córdoba, en particular, todos los años se solicitan cientos de pedidos de excepción para ampliar el límite de las inasistencias permitidas (en los colegios privados la reincorporación suele costar el equivalente al arancel mensual).

EN DETALLE. Los 20 cambios para las escuelas secundarias de CórdobaLa secretaria de Educación, Delia Provinciali, admitió que en los últimos años algunas escuelas flexibilizaron el registro de las faltas con el argumento de que “es mejor que el chico esté adentro que afuera de la escuela”.

“Lo que tengo que garantizar es que asista y aprenda. Así como nosotros tenemos que garantizarle la continuidad en el marco de la escuela secundaria, el estudiante tiene la obligación de ir todos los días a la escuela. Esto que parece obvio es fundamental”, consideró Provinciali.

Por eso se modificó el régimen de asistencias y de puntualidad. Como Estudiante en Trayectoria Escolar Asistida, el alumno podrá retomar el cursado habitual (cumpliendo con instancias de recuperación de aprendizajes no alcanzados en las tutorías previstas por la escuela) y acreditará los conocimientos en coloquio. De lo contrario, podrá cursar todas las asignaturas con asistencia virtual y apoyo a distancia para rendir, luego, en coloquio.

 

 

Inasistencias

Las inasistencias se computarán de la siguiente manera.

En un turno. Cuando el estudiante que asista a un solo turno falte, se computará una inasistencia.

En jornada extendida. Cuando exista extensión de la jornada escolar, se registrarán las inasistencias por espacio curricular. Será obligación cumplir al menos con el 75 por ciento de las clases anuales efectivamente dictadas en cada materia (educación física, talleres, espacios de orientación). De lo contrario, el alumno pasará a ser un Estudiante en Trayectoria Escolar Asistida.

Puntualidad. Las llegadas tarde se registrarán así: cuando el alumno se retrase menos de 20 minutos se anotará una “tardanza”. Cada cuatro “tardanzas” se computará una falta. Cuando ingrese 20 minutos después del horario previsto se computará media inasistencia. Se registrará el horario de llegada y el estudiante deberá permanecer en la escuela y cumplir con todas las actividades previstas.

Retiro anticipado. Si el alumno deber retirarse antes, el adulto responsable deberá gestionar un pedido. Se computará media falta.

Embarazadas y padres. No se computarán inasistencias a las estudiantes embarazadas y se diseñará el acompañamiento pedagógico virtual. A los alumnos varones que acrediten el nacimiento de un hijo no se les computarán hasta tres días de inasistencia.

Seguimiento. Si el estudiante registra hasta tres inasistencias injustificadas, el preceptor y el coordinador de curso deberán comunicarse con la familia para informar y conocer las causas de la ausencia.

Con cinco inasistencias injustificadas, el preceptor deberá informar al coordinador para iniciar acciones preventivas y citar a los adultos responsables.

Si el alumno llega a las 10 inasistencias, justificadas o no, se comunicará la situación al equipo directivo, quien citará a los padres y al alumno para firmar un acta compromiso de asistencia a clase.

Si el estudiante registra 20 faltas, justificadas o no, el equipo directivo, preceptor y coordinador, notificarán a la familia sobre la situación de riesgo en que se encuentra el estudiante. Se labrará un acta, donde se definirán las tareas que el alumno deberá realizar para recuperar los contenidos perdidos.

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Parte de un plan

El control de ausentismo es una parte central de la reforma educativa para el secundario que también incluye el cambio de que se tendrán que aprobar las asignaturas con 7 (actualmente, con 6), el promedio será anual y el ciclo lectivo se dividirá por semestres (hoy es por trimestres).

La repitencia, por su parte, será una “situación límite” a la que se llegará después de tener numerosas oportunidades para adquirir los saberes.

En un principio, el borrador planteaba eliminar la repitencia –es decir, el recursado de todas las materias del año no promocionado– bajo el argumento de que es la antesala del abandono escolar.

La propuesta, ya desechada, dejaba en manos de un claustro docente la decisión de promocionarlo o no, aun con más de tres materias pendientes.

Pero la iniciativa fue rechazada por los directores de escuela consultados, por considerarla ambigua y riesgosa, plausible de reclamos por parte de los padres.

Así como habrá más exigencias, también habrá más facilidades para que el alumno incorpore los saberes mínimos. No habrá cambio en el plan de estudios –es decir, continuarán las mismas asignaturas y orientaciones–, pero se propiciará el trabajo interdisciplinario y el seguimiento de las trayectorias de los alumnos. Entre otros puntos, el de las inasistencias.

En cuanto al nuevo umbral del 7, que vuelve más exigente la formación, se previó que quienes no lleguen a esta calificación deberán rendir coloquio en diciembre y, si tampoco logran acreditar el conocimiento, rendirán examen en febrero, sólo con el profesor de la materia y no con un tribunal, como hasta ahora. Si aun así no aprueban, la materia quedará “previa” para el turno siguiente.

Habrá dos instancias de recuperación y la nota válida será la de la evaluación que acredite que sabe la materia; es decir, que no se promediará con las notas anteriores. Por ejemplo: si un alumno obtiene 4 en una prueba va a recuperatorio; si en esta instancia se saca 8, esa será la nota final y no 6, que resultaría de promediar ambas notas.

“Para los saberes pendientes, el profesor debe dar otra oportunidad con estrategias diferentes para que el alumno vuelva a ser evaluado. Proponemos hasta dos oportunidades de recuperación. Si el alumno da cuenta de que aprendió, la calificación que se toma es esa y se anula la anterior. Si desaprobó con 4, lo aprende y saca un 10, se anula el 4 y tiene un 10. De lo que se trata es de que lo sepa, no que haga cálculos aritméticos”, subrayó Provinciali.

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