Fue en una entrevista en la que se lo vio lento al hablar. El expresidente lo adjudicó a unas “gotitas para dormir” que le dio su esposa.
El expresidente Mauricio Macri adjudicó este miércoles su visible lentitud al hablar durante una entrevista a unas gotas de Neuryl que su esposa Juliana Awada le dio para dormir, tras regresar de un viaje, y aprovechó la ocasión para cuestionar al presidente Javier Milei; a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y al exalcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
«Estoy en cámara lenta. No abuse de mí», ironizó Macri durante una entrevista en vivo con el portal Infobae , donde se lo notó con la voz pastosa y los ojos hinchados.
«Juliana me dio unas gotitas para dormir y quedó así», explicó, aunque luego se inclinó a un análisis político marcado por reproches al Gobierno de Javier Milei.
👀 Mauricio Macri reveló durante una entrevista que tomó clonazepam: "Siento que estoy en slow motion" pic.twitter.com/BhKHXZRkEq
— El Economista (@ElEconomista_) May 7, 2025
Sobre Milei, el titular del PRO dijo haber estado entusiasmado inicialmente con su «proyecto de país», pero sostuvo que «esto devino en un proyecto de poder» que no lo «entusiasma tanto».
Además, apuntó contra la secretaria general y hermana del jefe de Estado, Karina Milei, al señalar que la funcionaria «le hizo mucho daño».
También cuestionó el fin de la obra pública impulsada por el oficialismo y lanzó una frase llamativa: «No le podés cobrar peaje a los soretes que pasan por la cloaca».
Respecto al conflicto político en la ciudad de Buenos Aires, sostuvo que la tensión con Milei fue alimentada por su círculo íntimo: «Yo le vi en los ojitos la misma locura mía del país, pero después apareció el entorno a cambiar la suya».
Macri también aprovechó para criticar a Bullrich, recientemente afiliada a La Libertad Avanza (LLA), y a Rodríguez Larreta.
«Fracasaron porque priorizaron su ego antes que el proyecto. Tenían la elección ganada y la perdieron, porque transmitieron desesperación por el poder», sentenció.
No obstante, respaldó parcialmente el rumbo económico del gobierno libertario, al afirmar que «ha hecho un milagro en términos de evitar la hiperinflación y marcar un rumbo», aunque advirtió que «hay una infinita capacidad de mejora» en implementación e institucionalidad.
