En los últimos 10 años, la recaudación promedio anual fue equivalente al 32.5% del PBI, de acuerdo a datos proporcionados por el Iaraf.
El indicador más conocido según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) respecto a la relevancia de los tributos en una economía, es el de la presión tributaria efectiva.
Pero, ¿cuál es el porcentaje del producto generado por la economía al que equivale la recaudación de los diferentes tributos?
Durante la década de los 90 la presión fiscal había sido relativamente estable y menor al 20% del PBI. A partir del 2000, se generan dos procesos de suba.
El primero se produjo en el período anterior a 2004, cuando la presión fiscal subió por un aumento de la carga tributaria por la creación del Impuesto a los créditos y débitos bancarios (“impuesto al cheque”), y la reimplantación de las retenciones o derechos de exportación (principalmente sobre el sector agropecuario).
En una segunda etapa, que se extendió hasta 2015, si bien no se crearon impuestos significativos en términos de recaudación, el aumento de la presión fiscal obedeció a aumentos en la carga como consecuencia de subas en las alícuotas de impuestos existentes como IIBB, Sellos, las propias retenciones; y sobre todo al aumento de contribuyentes alcanzados por el impuesto a las ganancias de personas físicas, frente al congelamiento de los mínimos no imponibles y tramos de escalas, que determinó que muchos de los contribuyentes llegaran rápidamente a las alícuotas legales máximas.
Todo lo sucedido en materia tributaria en los últimos 20 años hizo que la presión tributaria promedio anual fuera del 32,5% del producto interno bruto (PBI).
