«La antibeca» de Peter Thiel es para trabajar en Palantir.
Peter Thiel, cofundador de PayPal y Palantir, ha lanzado una iniciativa controvertida: la «antibeca» que paga a jóvenes para que dejen la universidad y se dediquen a trabajar.
Mientras figuras como Bill Gates, Mark Zuckerberg, Steve Jobs y Jack Dorsey alcanzaron el éxito sin completar sus estudios, Thiel lleva esta idea un paso más allá con su Beca de Meritocracia de Palantir, ofreciendo 5.400 dólares al mes durante cuatro meses a estudiantes que hayan terminado la secundaria y no se inscriban en la universidad.
Esta propuesta desafía la creencia de que un título universitario garantiza el éxito. Alex Karp, CEO de Palantir, ha cuestionado la relevancia de la educación superior, afirmando que gran parte de lo que se enseña en las universidades es «intelectualmente incorrecto». La iniciativa no solo busca captar talento tecnológico antes que las universidades, sino que forma parte de la crítica de Thiel al sistema educativo estadounidense, al que acusa de priorizar criterios subjetivos sobre la meritocracia.
La Beca de Meritocracia se suma a la Beca Thiel, que desde hace 20 años otorga 100.000 dólares a jóvenes emprendedores que abandonen sus estudios para lanzar sus propios proyectos. Según la convocatoria, las universidades han perdido su enfoque en la excelencia, convirtiéndose en espacios de «extremismo y caos». Los beneficiarios de la beca de Palantir, al finalizar el programa, pueden optar a entrevistas para empleos permanentes en la empresa, bajo el lema: «Olvídate de las deudas, olvídate del adoctrinamiento, obtén el título de Palantir».
Sin embargo, esta decisión tiene riesgos. Según la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU. de 2024, los graduados universitarios ganan hasta un 86% más que quienes solo tienen estudios secundarios. Además, abandonar la universidad implica perder redes de contactos valiosas, como las que Bill Gates forjó en Harvard antes de dejarla. El emprendedor Vivek Wadhwa advirtió en Forbes que esta elección puede limitar el desarrollo profesional a largo plazo.
Thiel no está solo en su escepticismo hacia la educación superior. El informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo de 2024 revela que el 35,8% de los universitarios ocupan empleos de baja cualificación, evidenciando una desconexión entre la formación académica y las necesidades del mercado. Sectores como la ingeniería de software o la inteligencia artificial enfrentan escasez de talento, ya que las universidades no siempre ofrecen las habilidades requeridas, dejando a las empresas la tarea de formar a sus empleados.
Empresas como IBM y Amazon han adoptado un modelo de contratación basado en habilidades, priorizando competencias específicas sobre títulos universitarios, un enfoque que resuena con la formación práctica de la educación profesional. El estudio Dismissed by Degrees de Accenture y Harvard Business School destaca que muchos puestos no requieren un título, sino habilidades que se pueden adquirir con experiencia o formación técnica. En un mundo laboral en rápida evolución, la «antibeca» de Thiel plantea un debate: ¿es mejor un título universitario o las habilidades prácticas que exige el mercado?