Julio César Suárez, director de Espectáculos Públicos, explicó cómo los organizadores logran burlar la Justicia.
Según indicó, se desarticulan en promedio siete fiestas por fin de semana. Este último, fueron dos en Carrascal al 300 y otra en Ricardo Rojas al 7.300, con unas 50 personas.
«Clausuramos, además, cuatro bares que funcionaron después de las 3, algunos con actividad bailable. En el ultimo mes y medio, fueron 40 los establecimientos clausurados, por motivos que varían desde la falta de seguridad hasta la autorización de baile, tanto en discotecas reconvertidas, como en salones de fiestas y bares», indicó Suárez.
Según contaron diversas fuentes, existe un complejo mecanismo de estos eventos burlar a la Justicia: En Córdoba, se alquilan propiedades a un tercero, que la subalquila a 5 o 6 personas a unos 60 mil pesos por noche para hacer una fiesta.
Cuando llega la autoridad, «nadie se hace responsable de ser el organizador o el dueño de la propiedad, la Policía ni siquiera consigue un interlocutor», indicaron.
Estas fiestas, de hasta 300 personas, se organizan vía grupos de Whatsapp y Telegram y son difundidas por las historias de Instagram. La mayoría son estilo after de fiestas electrónicas, es decir, continúan hasta la mañana siguiente.