Se trata de un hombre que trabajaba en la Estancia Yucat
Un hombre de 49 años, radicado en Tío Pujio desde hace varios años, perdió la vida ayer a la mañana al protagonizar un accidente de tránsito en solitario sobre el camino de ripio que une esta localidad con la Estancia Yucat, donde trabajaba.
Se trata de Carlos José Monge, quien alrededor de las 7 circulaba a bordo de una motocicleta Motomel 150 centímetros cúbicos. Por razones que se investigan, el trabajador perdió el control del rodado y fue a dar violentamente con su humanidad contra la calzada, provocándose heridas que le causaron la muerte de manera prácticamente instantánea.
Tomó intervención en el caso la Fiscalía de Turno, desde donde se ordenó que se le practiquen al cuerpo de la víctima las pericias pertinentes, entre ellas, la autopsia.
Coincidencia fatal
Casi tres años antes, más exactamente el 20 de noviembre de 2014, Carlos Monge transitaba por ese mismo camino de ripio en el que ayer encontró la muerte, al volante de un camión que transportaba cereales cuando advirtió que sobre la calle estaba tirada una mujer gravemente herida. Para su angustia, no tardó en comprobar que se trataba de su esposa, Natalia Carina Vietto, de 46 años, oriunda de Santa Fe, quien habría sufrido un accidente cuando circulaba en moto en dirección a Tío Pujio para realizar compras en una carnicería.
Vietto había perdido el control del rodado y había impactado violentamente contra el alambrado perimetral del campo, por lo que padecía una gravísima herida cortante en el cuello, producida por el alambre.
La moto, permanecía tirada sobre el ripio, a unos 70 metros de distancia.
Monge y una persona que lo acompañaba en ese momento en el camión, socorrieron a la accidentada mujer que aún mostraba algunos débiles signos vitales y la trasladaron lo más rápido que pudieron al centro asistencial de Tío Pujio, pero fue en vano.
La mujer llegó ya sin vida a manos de los médicos. Los profesionales concordaron en que se había degollado con aquel alambre San Martín.
Tanto Monge como Vietto habían llegado a Tío Pujio procedentes del Litoral argentino, trabajaban en la chanchera de la Estancia Yucat y tenían en común al menos un hijo, que en aquel momento, era adolescente.
